A través de técnicas, juegos y actividades podemos optimizar el desarrollo físico psicológico y social de nuestros bebés.
Las conexiones neuronales del cerebro son las responsables de la capacidad de aprendizaje de los niños. El 90% de estas conexiones se forman en los primeros meses de vida y por ello la estimulación en edades tempranas es tan beneficiosa.
La OAE (Organization of American States) ha estudiado como los niños que han sido expuestos a una estimulación adecuada tienen más éxito académico, son más sociables y tienen más capacidades emocionales, verbales e intelectuales.
Mientras cuidamos a nuestros bebés, tenemos la oportunidad de alimentar su deseo de aprender y ayudarles a desarrollar todo su potencial. Nuestras muestras de cariño y afecto también son claves para estimular sus habilidades intelectuales y sociales, su estima personal y relaciones con éxito que se mantendrán en el futuro.
También creamos una base para el futuro cuando exponemos a nuestros bebés a otros idiomas desde el nacimiento y les ayudamos a que ejerciten de este modo su mente, adquiriendo mayor capacidad de concentración, memoria y capacidad perceptiva.
La gran variedad de estudios sobre el cerebro infantil durante los últimos años nos revelan la gran importancia de la estimulación en edades tempranas, para dotar a los niños de las herramientas que les permitirán alcanzar su máximo potencial en la vida.
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